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Escuchaba de algún reconocido periodista deportivo del país, que Millonarios hace mucho se olvidó de jugar a la pelota, y los partidos los encara con más voluntad, ganas y amor propio, que con una idea de juego evidente y efectiva. Con el pasar de los partidos, noto con tristeza que su planteamiento era cierto desde el comienzo.
Hagamos retrospectiva: ¿Se le podía ganar a Independiente en Avellaneda? Si. El equipo argentino fue mediocre en la cancha, no puso en demasiados apuros, salvo los primeros 15 minutos de aquel juego, a los azules, que si los hubiesen presionado y apretado algo más, de seguro no solo empataban… sino remontaban el marcador.
Apenas lógico, el desgaste se notó en el partido del pasado domingo en Barranquilla: fue un equipo quedado en lo físico, pero que puso voluntad y ganas para evitar que lo que pintaba para ser una catástrofe, fuera mucho peor de lo que se pensaba en principio.
Si algo tienen en común Independiente y Junior: no son equipos con información táctica basta y extensa, son equipos livianos que se encontraron ante un rival incapaz de atacarlos y ‘golpearlos’, aun cuando las ventajas en la cancha estaban dadas.
Querido Gottardi: tiempo de dejar de trabajar lo mental y pensar en lo táctico. Se necesita fútbol en la cancha. Ah, y por favor: dile a Santiago Montoya que está en Millonarios, no en el Deportes Tolima o en All Boys, que en este deporte se gana de calidad y no de marrullería y prepotencia.
Cristian Duvan Heredia
Redacción EXTRA Colombia